#UPF2020: Diseñar la universidad del futuro

Entrevista a Carlos A. Scolari

Durante el período 2012-2013 coordinó un proyecto de investigación interno de la Universidad Pompeu Fabra financiado por el Centro para la Calidad y la Innovación Docente (CQUID), el «#UPF2020 / Diseñar la universidad del futuro». ¿Nos puede describir el proyecto?

Se trata de un proyecto de investigación interno financiado por el Plan de Ayudas de Soporte a la Calidad e Innovación Docentes (PlaQUID). En este proyecto participaron dos jóvenes investigadoras del Departamento de Comunicación de la UPF: Ilaria Di Bonito y Maria-Jose Masanet, y también contó con la colaboración de Carme Rovira (CQUID). La idea original consistía en trabajar sobre la base de entrevistas y focus groups, pero después decidimos realizar una sesión de gamestorming, por lo que se sumó al equipo un experto en ese tipo de dinámicas, Oriol Ripoll.

Los objetivos del proyecto eran tres. Por una parte, nos interesaba elaborar un mapa de actores, formatos y prácticas educativas disruptivas (dentro y fuera de las universidades) a escala global. Además, el proyecto tenía como objetivo proponer una serie de nuevas prácticas, formatos y experiencias educativas. Finalmente, queríamos comenzar a delinear un nuevo discurso de renovación universitaria más allá de las clásicas apelaciones a la innovación y el emprendimiento.

Esta última cuestión, relativa al discurso que realiza la universidad, quizá merece una aclaración. En la universidad se habla mucho de innovación y de crear emprendedores, pero en gran parte se queda en el plano discursivo. Están de moda ciertas palabras, y muchos se llenan la boca con ellas, pero la institución sigue reproduciendo sus propias prácticas. Las universidades son máquinas que se reproducen muy bien. No olvidemos que la universidad tiene 1.000 años de vida y que es una de las instituciones más antiguas de Occidente.

¿Cómo surgió su interés por desarrollar esta investigación?

Hace muchos años que soy docente, y comparto con algunos colegas una visión muy crítica de las instituciones universitarias. Si bien el panorama es muy variado y se pueden identificar distintas situaciones, en el caso específico de las universidades españolas son evidentes ciertos síntomas preocupantes que van desde la endogamia institucional hasta la falta de una renovación pedagógica y de contenidos. Por ejemplo: muchos profesores siguen organizando su tarea formativa basándose únicamente en clases magistrales y ni siquiera vislumbran la posibilidad de trabajar de otra manera. Desde una perspectiva institucional, podría decirse que la universidad es una línea de producción que sólo sabe crear títulos de grado y postgrado. La sociedad hoy exige una mayor variedad de «productos educativos», más breves, flexibles y específicos, que la universidad debería incluir en su oferta. Por otra parte, en el mundo de la educación están surgiendo nuevos actores –desde plataformas colaborativas (PeerToPeerUniversity) hasta empresas que proponen cursos (Khan Academy) o plataformas de MOOC (Coursera, Miríada)– que ofrecen espacios educativos fuera de las instituciones tradicionales. En el proyecto #UPF2020 nos interesaba crear un mapa de este nuevo territorio y proponer algunas líneas de avance.

Con todo lo contado anteriormente, ¿cree que la universidad sufre una falta de innovación, entendiéndola como falta de adaptación a un «ecosistema cultural hipertecnológico y dinámico»?

A la universidad le ha pasado lo mismo que a una gran parte del sistema educativo: sigue anclada en una sociedad industrial que está en vías de extinción. La sociedad de la información y del conocimiento necesita ámbitos de formación más flexibles y modulares y que se puedan actualizar muy rápidamente. Si una universidad española quiere proponer un nuevo grado, tarda entre dos y tres años en ponerlo en práctica… para un postgrado quizá tarde un poco menos… Como he dicho antes, en el mundo de la educación están apareciendo nuevos actores que proponen nuevas dinámicas de enseñanza-aprendizaje. Algunos de ellos han nacido en la periferia de la universidad (como Coursera), mientras que otros son totalmente ajenos a la institución. La universidad debería tomar nota de estas presencias y aprovechar su experiencia para renovarse. Lo que la universidad no sepa, quiera o pueda hacer, lo harán otros actores.

¿Qué propone el proyecto #UPF2020 para la universidad del futuro?

Además de una serie de conceptos para renovar el discurso universitario –y no terminar repitiendo el ya desgastado discurso de la «innovación»– el proyecto #UPF2020 ha identificado acciones concretas que van desde la formación pedagógica del profesorado hasta la reducción de la burocracia creando «zonas libres de protocolos» administrativos o informáticos donde profesores y estudiantes puedan explotar al máximo y de manera creativa los recursos que la institución ofrece. Empresas como Google han aplicado este sistema, permitiendo que sus empleados dediquen parte de su tiempo a sus proyectos personales. En muchos casos, el cambio de las dinámicas pedagógicas queda limitado por la presencia de espacios «duros», diseñados para la transmisión lineal del conocimiento. En este contexto, la universidad debería rediseñar sus espacios de forma colaborativa para crear ámbitos de trabajo flexibles y adaptables a las distintas situaciones de aprendizaje. También proponemos el desarrollo de trabajos finales interdisciplinarios en los que participen alumnos de diferentes titulaciones y facultades. En cuanto a las titulaciones, la universidad debería ofrecer itinerarios de formación personalizables y comenzar a experimentar con formatos más breves. Para facilitar la difusión de estas propuestas hemos creado un documento breve en cuatro idiomas (castellano, catalán, inglés e italiano) de distribución libre y abierta. Nos interesa iniciar el debate y compartir experiencias con toda la comunidad universitaria internacional.

Aquí se pueden descargar los cuatro informes