Todo espacio donde conviven personas, es un lugar donde se producen disputas que entorpecen las relaciones: sean dentro de una familia, una organización, un barrio o una escuela. La mediación ofrece la posibilidad de abrir un espacio de diálogo para gestionar problemas y, la capacidad de analizar situaciones en diversas áreas de nuestra sociedad.
Los mediadores provienen de diversas formaciones universitarias, lo cual da una diversidad en la visión de los conflictos y en la forma de solucionarlos fundamental. Mediadores arquitectos que intervienen en conflictos que se dan en la gestion de una reparcelación o en problemas urbanísticos; mediadores psicólogos que ayudan en disputasque se dan dentro de equipos de trabajo o en familias que pasan por divorcios; mediadores médicos que colaboran en la convivencia en espacios sanitarios, mediadores periodistas que intervienen en conflictos que se dan en un barrio; asi muchos profesionales mediadores operan en campos diversos de nuestra sociedad, desde un club deportivo hasta un equipo de gobierno.
Solo la formación interdisciplinar en mediación puede garantizar profesionales aptos para intervenir en la diversidad de situaciones entre personas y/o colectivos que tienen y tendran situaciones a resolver. Los mediadores se forman en conceptos que provienen de la negociación, la comunicación, el coaching, la psicología interpersonal, el derecho, la antropología. Los cuales les permiten tener una visión amplia del campo de intervención.
Asi mismo, deben despojarse de “estructuras profesionales” previas para incorporar una forma diferente de hacer y de ser como profesionales. Mediar no es más de lo mismo; es una forma de administrar y analizar conflictos de forma diferente.
Se trata de superar el paradigma del Derecho, de saber quién tiene razón, quién es el bueno o el malo, quién dice verdades o mentiras, por proponer entrar en el paradigma de la convivencia: para hablar sobre preocupaciones, intereses, necesidades a intercambiar en un espacio de seguridad y confianza, que sólo un mediador entrenado puede aportar.
Es por esta razon que las personas que entran en el “mundo de la mediación” dicen que conocen un modalidad diferente de entender las disputas, y una forma de analizar los conflcitos, donde el protagonista no será el profesional sinó las partes involucradas en el mismo. Vivimos en una cultura paternalista donde se supone que el que dirige, sabe. Que el que tiene un rol “superior” debe ordenar y proponer. La mediación provoca un cambio de paradigma en el sentido que el protagonista es el propio individuo, el profesional mediador trabaja para la co-responsabilización y la implicación en la gestión y en la toma de desiciones del involucrado.
Asi, los mediadores intervienen en equipos de trabajo para mejorar el clima laboral y gestionar dificultades; en situaciones donde solo hay que hablar de dinero y se evita entrar en la dinámica del regateo, para ver caminos de salida más comodos y aceptables para las partes; en familias que deben reorganizarse frente a la decisión de un divorcio entre los adultos de la misma; en comunidades de vecinos que deben priorizar un camino para vivir más seguros y tranquilos, y etc.
La formación en mediación es todo un reto, porque se trata de entender, de operar y de ser profesionalmente diferente a lo conocido. Bachelard (1938) hablaba de los obstáculos ideológicos que han impregnado la ciencia, tales como la visión individualista del hombre (en vez de una perspectiva social), de la concepción instintivista (en vez de una concepción vincular) y, sobre todo, la aceptación de la lógica formal como la única posible.
E. Pichon Rivière decía que en la formación de una nueva profesión debemos superar obstáculos epistemológicos que se dan en el proceso de producción de un conocimiento científicos diferentes. Superarlos implicará abrirse a conocimientos nuevos, superar creencias sobre las “verdades” que arrastramos y nos hacen la vida más cómoda.
Pero también el estudiante en mediación debe fomentar lo que la Sra. Klein llamó la curiosidad por el aprender, el amor por el saber, la epistemofilia. Lo cual provoca superar la ansiedad de lo nuevo, salir de la zona de confort de la profesión previa, y entrar en el reto de aprender a ayudar a otros a entender lo que viven, lo que saben de ellos, de los otros, y de su situación conflictiva. Ayudar a provocar cambios que hagan la vida más facil, a entrar a soñar con escenarios posibles. La mediación provoca una oportunidad de entrar en un camino productivo, sólo si sabemos dar confianza, credibilidad, empatía. Competencias que los mediadores adquieren en una formación a medida y seria.
Nuestro modelo de enseñanza/aprendizaje
La forma de aprehender la mediación se da en la interacción en clase, en el análisis y entrenamiento de casos y, en la reflexión posterior a prácticas reales acompañando a mediadores profesionales. Procuramos que el alumno entienda a la mediación como parte de su proyecto personal de su vida laboral, cuestionando lo establecido, acompañando en proyectos innovadores como eje de la formación (en mediación todavía hay muchos campos por abrir).
Nuestros participantes cuentan con un tutor que los acompaña durante el curso en el desarrollo de este rol profesional, con un equipo de mentores que son profesionales que enseñan lo que hacen, con una formación donde se integran competencias y saberes de diferentes campos (derecho, economía, managment, psicología, sociología, etc). Y provocando un recorrido de aprendizaje(s) en modalidades diversas: clases presenciales, módulos virtuales, congresos, workshops, prácticas en paises diferentes, acompañados por formadores que estan estrechamente vinculados al mundo laboral de la mediación.
Dicen que Cristobal Colón dijo que: “Nunca se puede cruzar el océano hasta que se tenga el coraje de perder de vista la costa”.
Solo la confianza y la tranquilidad permiten embarcarse en esta maravillosa aventura que es la mediación. El modelo de enseñanza aprendizaje de la UPF, lo hace posible.
